El clima laboral es uno de los factores que, de manera más determinante, afectan a la productividad y la motivación de los empleados de cualquier empresa. Si el ambiente laboral es bueno no solo se conseguirán los resultados, sino que es probable que se estos lleguen a estar muy por encima de lo esperado. Pero, ¿y si el clima es malo?

En muchas ocasiones, un conflicto laboral es la causa de un mal ambiente de trabajo. Este tipo de confrontación puede deteriorar de manera muy grave el funcionamiento de un equipo de trabajo; por eso, en este artículo de Cetelem Empleo queremos darte algunos consejos para solucionar un problema así.

cetelem

1. Estudia detenidamente el conflicto laboral.

¿Dónde está el origen del conflicto? ¿Quiénes lo están protagonizando? ¿Tiene su germen en algo personal? Analiza en detalle por qué el equipo se está viendo en esta situación. Es complicado determinar cuál será la mejor manera de proceder si no se tienen los detalles del origen del problema. Una vez tengas la información, estudia distintas alternativas que actúen directamente sobre el foco de la “infección”, atendiendo al punto de vista de todos los involucrados.

2. Negar el problema no ayuda. Colaborar, sí.

Puede que pienses que el conflicto laboral no tiene solución y que la negación y/o la resignación son las mejores opciones. Nada más lejos de la realidad. Una confrontación que no se resuelve a tiempo tiende a convertirse en un problema mucho mayor, pues tarde o temprano podrían volver a aparecer los mismos roces y disputas, con el agravante de que quizá guardemos rencor de anteriores encuentros.

Actúa. Ve al grano del problema. Intenta llegar a un acuerdo buscando puntos de colaboración y compromiso por parte de todas las personas involucradas. Esto solo lo conseguirás si los escuchas a todos y tratas de no prejuzgar, poniendo sobre la mesa también tu punto de vista, tus razones para apostar por una u otra manera de solucionar el conflicto y desahogándote sobre el modo en que te ha hecho sentir el problema.

3. Comunicación, asertividad, empatía… tus aliados

Ármate de paciencia, sonrisas y mucho tacto (la llamada “mano izquierda”) para afrontar cualquiera de las conversaciones que vayas a tener durante el proceso de resolución del conflicto laboral. La inteligencia emocional es clave. Sé asertivo, empático y ten claro qué tienes que decir y cómo decirlo. La improvisación en estos casos no ayuda. Haz lo posible porque las emociones no te dominen.

4. Si no hay solución posible… acude al árbitro

Si no existe manera alguna de negociar, no temas en acudir a algún mando superior en la empresa con capacidad de solucionar el conflicto laboral. Escalar la disputa (aunque puede no ser la mejor manera de resolverlo) es la forma de poner fin a un punto bloqueante del trabajo que tiene que estar hecho.